Nuevamente estás pagando... tu deuda eterna... recuerda que naciste... el dolor que sientes...ya sea en el corazón o en tu piel te recuerdan que estás viva... aunque te sientas maldita... de todas formas es tu culpa... recuerda que naciste.
Te vuelas... y te pierdes en las lágrimas... él, una vez te salvó... ya no hay vuelta atrás... sientes que se le endureció el corazón... que ya no le queda más amor... y aunque te desvivas por encontrar el perdón... ya nada será igual.
El amor se murió... el amor se murió... ahora estás mas sola que nunca... recuerda que naciste... malditas seas... maldita seas...

El mundo posiblemente está perdido y tú vas rodando junto a él.
Cada mañana despiertas con la cintura pesada y la boca amarga.
Quisieras dejar de pensar y de recordar...
quisieras volver a escalar...
estás cansada de caminar.
Fingir es mucho más fácil que decir la verdad,
aunque la soledad de tus lágrimas es difícil de soportar.
Todo se retuerce ante la fatal rutina del sufrimiento,
tormentito de deseos...
estás rogando que alguien te de una caricia.
Volver a empezar viva es una utopía del día a día.
Posiblemente el mundo se te escondió hace muchos años,
y quedaste sola rodando...
Subsuelo manchado de sangre, cicatrizantes artificiales,
el asco que te da tu piel supera la maldita timidez...
y simplemente deseas escuchar una voz,
y por un minúto creer en el amor.
Pero mañana,
la paz momentánea de las palabras volverá a ser nada,
te bañarás en lágrimas... y aun así te sentirás impura.