sábado, 15 de mayo de 2010


Suelen existir días malditos, donde todo es de un tono semigris, y si... blablabla, es lo mismo... pero al menos suelen existir para mi... dejo registrado que los ODIO.
He pensado que quizás mi problema sea la inconstancia, ese ir y venir fugaz de todos mis sentimientos o el imbécil titubear, lo cierto es que es probable que en cinco segundos vuelva a rodar del ojo a los labios... porque tengo miedo de todo aquello que no pude hacer, de toda esa vida inconclusa, y sé que sería mas feliz si hiciera como que no me importa, pero me asumo cobarde, me asumo sensible, me asumo media podrida, sin muchas ganas, bien callada con lo trascendental.
No me gusta saber que nada es para siempre, que todo siempre es tan frágil y que yo soy tan torpe... para comenzar podría dejar de llorar con las películas, podría dejar de proyectarme a mañana, podría dejar de ser tan ilusa y compleja, pero aquí estoy respirando, probablemente sean palabras cargadas de un sentimentalismo hormonal, estoy harta de sentirme atada a este cuerpo... y de no poder expresarme como deseo... el sin sentido es lo que me mata... lo que me mató aquel día, porque...sí, no quiero olvidar(lo) me cuesta olvidar (lo), me cuesta avanzar... y no me importa... no sentiste, no lloraste, no te desvelaste... no sangraste... no (re)marcaste la incipiente arrugar... tu piel inmaculada... maltratada, crucificada... y siempre todo se resume... tu vida se resume... y lo que te motiva a comenzar... termina por resumirse... todo lo que sale de tus letras sabe a basura... para tí.