Te pintas la cara y eres de papel, vas volando, soñando aunque digas que no sueñas.
Ayer te reíste la mitad del día y la otra lloraste, te imaginaste ser maniaco depresiva, así como tú le decías, pero de pronto lo olvidaste, te prometiste dejar de ser hipocondríaca.

Sentías en tu cuerpo el dolor que han dejado los golpes...de todas esas veces que haz caído en la vida, de todas esas veces en que te equivocaste.

Te prometes no volver a sufrir, pero ni siquiera tienes seguridad de lo que pasará mañana, tu vida es un ir y venir, el sol sale y se esconde, comes y vomitas...

LAS PERSONAS ODIAN LO QUE AMAN... ahora a los veintiún años lo entiendes y no paras de reír, que estúpida te sentirás por el resto de la vida, quizás mañana podrás ser medio feliz.

Es triste que hables en tercera persona, porque proyecta la no aceptación de tú vida, si es tuya, ¿por qué no la tomas y haces algo de ella?

Vas a avanzar porque no eres lo suficientemente valiente/cobarde como para realizar tu plan, así que vas a avanzar...

Píntate de nuevo la cara y vuélvete de papel... y recuerda nunca más ablandar tu corazón...